Es
simple: viva el presente de manera maravillosa. Muy cierto, porque aquello que
usted siembra hoy, lo recogerá mañana. Nada hay de incierto en el futuro. Él es
la respuesta a su presente. No viva torturándose. Sostenga su Fuerza de
Voluntad y comience a sembrar las semillas positivas y constructivas que se
convertirán en árboles gigantescos e indestructibles en su futuro. Entusiasmase desde ahora por aquello que está haciendo.
Plante,
plante sin cesar, en su mente hoy. Pero escoja las simientes positivas. Plante
éxito y cosechará éxito. Si ahora usted está sufriendo alguna adversidad,
cálmese, sonría, y repítase a sí mismo que todas las adversidades contienen en
sí la simiente de un beneficio mayor. Lo que le interesa a usted, por lo tanto,
es el presente, porque el futuro es la respuesta al presente. Viva el presente.
Y vívalo intensamente. Con fe y confianza total. Si a usted hoy le va bien, en
el futuro le irá mejor. Si hoy usted cree en sí, su futuro será un éxito.
Si
hoy, y cada día, usted se programa para ser feliz, saludable, seguro, agradable,
próspero, todo eso comienza a ocurrir ahora y usted lo cosechará en el futuro. No
cultive problemas. Apártelos de la mente y ellos desaparecerán. Olvídelos y
ellos quedarán atrás. Niéguelos y ellos se esfumarán.
Defina
lo que usted quiere de la vida y siga por esa vía. Usted llegará allá con
absoluta certeza. La mente subconsciente responde de forma infalible a lo que
ha sido programado.
"No
anden preocupados por el día de mañana; el día de mañana cuidará de sí mismo; “basta
a cada día su propia lucha". Dé crédito
a esas palabras, pues fueron proferidas por el gran Maestro Jesús.
Ah
y nunca olvides a diario dar las gracias por todo lo que te sucedió bueno o
malo en el día, ya que toda cosa negativa encierra un perfecto bien oculto,
agradécelo y bendícelo diciendo. Esto
que acaba de sucedes es por bien, bendigo el bien que esto contiene y pido que
se manifieste y quiero verlo. Gracias Dios.
La
vibración de la palabra "Gracias",
es tremendamente poderosa.
Agradecer cada instante emite y atrae frecuencias inimaginables. La
gratitud constante desde la palabra, el
cuerpo, el pensamiento y las emociones,
cambia la energía propia y del entorno que nos rodea. En este Camino de
hermandad... Un sólo pensamiento de gratitud hacia el cielo, es la oración más
perfecta.
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