Amigo,
cuando te sientas destrozado, perdido, lejos de casa, cuando estar alineado
parezca algo completamente lejano y las palabras de los sabios se asemejen más
bien un cuento de hadas, cuando sientas que las respuestas no llegan y que las
dudas te consumen como el fuego...
Detente.
Respira. Recuerda, nada está saliendo 'mal'. Un sueño está muriendo, eso es
todo, un sueño de segunda mano acerca de cómo 'debería' ser este momento...
Cuando
todo ese desorden llame tu atención, cuando las dudas entonen su loca melodía,
cuando las historias se dejen venir como cascadas, recuerda que esa misma
nostalgia que tratas de eliminar te está realmente invitando hacia tu verdadero
Hogar, al Aquí y al Ahora, lejos de todos los 'hogares' terrenales.
Un
problema es algo que anhela tu dulce atención. Una crisis es un momento
decisivo. La enfermedad es una invitación a un profundo descanso y a la
liberación. Un trauma es la invitación a ese tipo de aceptación que nunca antes
imaginaste. Esas dudas que te carcomen son explosiones de la suprema
inteligencia, haciéndote un llamado para que confíes profundamente en tu propia
experiencia de primera mano, es un llamado para que te dejes caer en el
constante abrazo de lo Desconocido.
Aún
cuando todo parezca ir mal, detente, toma un respiro y recuerda que nada puede
salir 'mal' en el inmenso campo de tu presencia eterna.
Nada
puede salir mal, de toda vivencia tenemos algo que aprender que enriquece
nuestra alma, expande nuestra conciencia. Por eso, aprendamos a sobreponernos
por encima de la apariencia en esta dimensión que estamos y conscientes de la
Luz en nuestro corazón, veamos más allá de los límites de la dualidad y
recojamos el aprendizaje. Nada sucede en vano en nuestra vida. La Vida no se
equivoca, si nos duele, es que estamos resistiendo, bajemos esas defensas que
inventaron los humanos.
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