Estoy aprendiendo a escuchar en el
silencio...
Miro a mí alrededor y me rodea una
inmensa paz. Pudo sentir hasta el sonido del viento, y en forma muy especial, unas
pequeñas gotas caen al suelo, y que hacen eco al murmurar de las plantas...
En el silencio he descubierto que es
mejor escuchar que hablar; que es mejor comprender que opinar; que es mejor dar
que recibir. Es en la quietud de nuestras almas, que encontramos los dones más
maravillosos que se nos han dado como un regalo de vida.
Es en silencio de nuestras mentes, que
nuestros pensamientos se lanzan sin temor a explorar cosas que nunca antes
fueron capaces de captar. Se trata de mirar, "observando con detenimiento",
todo aquello que nos rodea y que por las complicadas tareas que nos toca vivir
cada día, no percibimos su esencia.
Es en este gran manantial de amor que
llamamos "Vida" que fortalecemos nuestros espíritus, y los hacemos
libres de ataduras en la medida en que pasamos por las duras pruebas que se nos
presentan.
Es en éste "ir y venir",
buscando "no sabemos qué", lo que se nos hace imprescindible
encontrar. Es en la sencillez, que conocemos la verdad y el camino; es en la
humildad de sabernos nada, lo que nos lleva a dar todo lo que pensamos que no
somos capaces de lograr, y que otros pueden ver en nosotros.
Es en la razón ilógica de nuestra
existencia, que nos percatamos que, nuestros sentidos se fortalecen cuando los
utilizamos como debe ser. Es escuchando en la elocuencia del silencio, cuando verdaderamente
conocemos los latidos de nuestro corazón.
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