Por amor, el Maestro Jesús nos vino a
enseñar que la muerte no es el final, nos
enseño con su vida y ejemplo, que tomáramos consciencia, de que con la entrega de
su cuerpo y personalidad, con las luchas que tuvo con sus dificultades
superadas, demostró que hay salida a nuestro sufrimiento.
Más le quedaba tomar una decisión
importante, que se hiciera su voluntad o la de su Padre, y decidió no, sin
lucha interior. “Padre que se haga tu voluntad y no la mía” ¿Cuántas veces nos
hemos encontrado en esa encrucijada? De nuestra respuesta depende que sigamos dando vueltas al mismo círculo o
ingresemos en la espiral de la Vida.
Él con su ejemplo marcó un comienzo
sin retorno en nuestra cultura occidental. La existencia de que la Vida, ¡Sí!
Nuestra pequeña vida, no acaba con aquello que hemos dado en llamar muerte,
sino que la trasciende, siendo ésta sólo un estado que la trasciende, como el
que hacemos cada día, despertar, sueño, despertar…
El muro ha sido derribado, no lo
levantemos otra vez con nuestra estrechez
de mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario por favor.