LA
MUJER QUE BARRÍA EL DESIERTO
“Sería tener un opinión muy baja de
los antepasados, de suponer que todo este trabajo inmenso y minuciosamente
exacto y detallado, hecho con concienzuda perfección, tenía como única
finalidad el servicio de una superstición primitiva o un culto estéril de los
antepasados. Al contrario, tenemos aquí el testimonio en gran escala y único en
el mundo del primer despertar de las ciencias exactas en la evolución de la
humanidad, esfuerzo gigantesco de la mente primitiva que se refleja en la
grandeza de la ejecución bajo el cielo vasto de las pampas inmensas y
solitarias, barridas por el viento y quemadas por el sol”
Si hay una persona que ha entregado su
vida por entender y preservar los extraños geoglifos de Nazca, esta, sin duda,
es Victoria María Reiche Grosse Neuman, alemana nacida en Dresde en 1903. Se
licencia en magisterio en la universidad de Hamburgo, pero no consigue ningún
trabajo relacionado. Hasta que un día de 1931 se entera de que el cónsul alemán
en Cuzco (Perú) estaba buscando una institutriz para que cuide de sus niños. Fue
elegida entre 80 candidatas. Y fue así como llego al Perú.
María se quedara en Cuzco durante un
par de años, pero, en 1934 se termina el contrato con el cónsul. Decide
quedarse allí, en Perú, pero se marcha a Lima, la capital, donde trabajara
dando masajes, clases de alemán o de inglés y como traductora de textos
científicos. Además ayuda en la cafetería de una amiga llamada Amy Meredith,
compañera en el Perú durante años. Allí conocerá al doctor Kosok, que estaba
trabajando en aquella zona, como comentamos en el artículo anterior y comenzara
a trabajar para el de traductora, y
gracias a él, en diciembre de 1941 se producirá su primer viaje a Nazca.
Quedaría maravillada con la belleza de aquel paisaje y con el misterio de
aquellas líneas.
Pero todo quedaría paralizado por
culpa del estallido de la Segunda Guerra Mundial. María, al ser alemana de
origen, tendrá prohibido salir de la ciudad de Lima. Hasta 1946 no retomaría
sus investigaciones sobre Nazca. Kosok volvió a su país, y cedió las riendas de
la investigación sobre Nazca a María Reiche, ya que había cogido un amplio
rodaje en cartografía y arqueología.
Desde 1946 comenzara, como hemos
dicho, a estudiar sistemáticamente las Líneas de Nazca. Un día de junio de ese
año, se topa por casualidad con el dibujo estilizado de una araña, muy difícil
de distinguir, porque los años y el viento habían ido dejando una fina capa de
piedras sobre el geoglifo, lo que impedía verla a primera vista. Este hallazgo
le llevara a otros muchos. Estos datos se los mandaba al profesor Kosok, que
con el tiempo dejo de apoyarla.
Estudió personalmente casi mil líneas,
midiéndolas con cinta métrica, sextante y una brújula. Cargada de instrumentos
de medición, ella sola y con una escalera en mano, recorría el desierto de un
lado a otros sin provisión alguna. Así que un día, para evitar las enormes
distancias que tenía que recorrer, se muda a una sencilla cabaña, donde no
tiene ni agua ni corriente eléctrica, a 27 kilómetros de Nazca.
Al principio los habitantes de la zona
se reían de la extraña señora María, que se dedicaba a quitar cuidadosamente el
polvo de los dibujos, barriéndolos con una escoba. Le llamaban “la mujer que
barría el desierto”. Con el tiempo la llegaron a adorar casi como a una santa. En
1947 María descubrió algo extraordinario al estudiar la figura de la Parihuana
(flamenco) de 300 metros.
Constató que si nos paramos en su
cabeza en las mañanas, del 20 al 23 de Junio y seguíamos con nuestra mirada la
dirección del pico, podríamos observar claramente la salida del sol,
exactamente en un punto de un cerro ubicado en esa dirección. En 1948
escribiría su primera obra sobre el tema: “Los Dibujos Gigantescos en el suelo
de las Pampas de Nasca y Palpa. Descripción y ensayo de interpretación”
En este ensayo ya plantea su teoría de
que las líneas de Nazca representaban el calendario más grande del mundo y que
había una relación clara entre ellas y los astros. El pico del colibrí de
cincuenta metros de largo, por ejemplo, apunta a la posición del Sol el 22 de
diciembre, o sea el solsticio de verano en el hemisferio Sur. Para María
Reiche, los cuatro dedos del mono representan las fases de la Luna, mientras
que la araña está relacionada con la constelación de Orión. Planteaba que los
antiguos peruanos de la zona habían empleado esto para conocer cuando empezaba
cada estación, cual era la mejor época para cosechar y cuando se iniciaban las
lluvias.
Pronto se verá en la necesidad de
mediar e intervenir ante acciones que iban a dañar las extraordinarias Líneas.
En 1955, un rico terrateniente de la región quería instalar una plantación de
algodón en la Pampa, para lo que necesitaba un gran sistema de irrigación.
María inicio una cruzada personal para impedírselo, ya que, de lograr hacerlo,
echaría al traste bastantes de las líneas. Se presento en un periódico local,
llevando fotos y pruebas de sus investigaciones. Al final consiguió pararlo,
gracias a la intermediación del alcalde de Nazca. Desde que llego allí, no
permitió que cruzaran la pampa vehículos, y osada y valientemente se enfrentó
innumerables veces a los desaprensivos camioneros o viandantes y los huaqueros
furtivos que se atrevían a cruzar las pampas.
En 1957 aparece el primer trabajo
extranjero en el que se analiza y menciona el trabajo de María. Fue en el libro
de John Alden Masón llamado "Las Civilizaciones Antiguos del Perú"
("The Ancient Civilizations of Peru"). Entre los años 1965 y 1968 se
crea la corporación de Reconstrucción y Fomento de Ica, con la intención de
cuidar y mantener estas construcciones, previendo que en un futuro podrían ser
fuente de atracción turística. Le plantean a María que escriba un libro sobre
su historia con las Líneas. En 1968 publicara su libro “El secreto de la
pampa”. Los fondos obtenidos los emplearía en el cuidado de la pampa.
Poco a poco los turistas van llegando
a la zona. Y destruyéndola. En 1970, aprovecha la celebración de un congreso de
americanistas en Lima para llamar la atención sobre la necesidad de proteger
los geoglifos del desierto. Como no consigue nada, seguirá siendo ella la que
se encargue, personalmente de custodiarlos, pagando de su propio bolsillo a
vigilantes. Construye una torre mirador de 74 metros de altura, desde la que
los turistas puedan ver la obra sin deteriorarla.
Curiosamente, en 1978, la Reina de
España, Doña Sofía, visita la zona En 1992 adquiere la nacionalidad peruana,
otorgado por el gobierno Peruano a la ilustrísima "dama de las
Pampas", en mérito a su arduo trabajo de investigación y preservación de
las Pampas. No será hasta 1994 cuando consigan la protección de la UNESCO.
María recibiría como homenaje cinco títulos de doctor honoris causa y muchas
condecoraciones del gobierno peruano, que le llega a conceder la ciudadanía
peruana honoris causa, además de algún homenaje de su patria de nacimiento,
Alemania. Al final de su vida, publicó “Contribuciones a la Geometría y
Astronomía en el Perú antiguo” (1993), donde se recogen más de cuatro décadas
de investigación.
El 8 de junio de 1998, cuando contaba
95 primaveras, falleció María Reiche de cáncer de ovarios. Hacía años que
sufría Parkinson y una ceguera casi total. Pero jamás dejo de investigar las
Líneas. Sus restos, junto a los de su hermana Renate, fueron enterradas en el
mausoleo levantado a un costado del Museo que lleva su nombre, en Nazca.
“¡Todo era por Nazca! Si cien vidas
tuviera, las daría por Nazca. Y si mil sacrificios tuviera que hacer, los
haría, si por Nazca fuera”. “Los Nasca podían insertarse en el curso de la
astronomía, podían ver los movimientos de los cuerpos celestes y saber
exactamente cuándo comenzar con los sembríos y cuando cosechar. Los resultados
y conclusiones a los que he llegado se han basado siempre en la observación, en
la medición y en el registro minucioso de todas las líneas y figuras”
“El proceso de planear y convertir una
escala a otra necesita de una mente capaz de formar conceptos abstractos y de
una facultad de razonar que debe haberse encontrado en por lo menos una parte
de la población y que no podría esperarse de un pueblo primitivo. Tenemos que
dejar a un lado por el momento, el estudio de aquellos elementos que
constituyen la esencia del arte primitivo, es decir, totemismo, religión y
magia, ritos y ceremonias. Debemos tratar de penetrar en sus mentes y seguir su
lucha por la perfección y los caminos emprendidos para lograrlo. Debo decir que
esa gente con gran inteligencia y visión estudió su ambiente y encontró un
sitio que la naturaleza parece haber preparado para servir como un inmenso
tablero en el cual pudieron trazar enormes dibujos que hasta ahora no se han
borrado. “
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