miércoles, 16 de abril de 2014

REFLEXION




En esos momentos de oscuridad, parecería como que nada vale la pena... Hasta pensamos que la vida es una agonía lenta y que todos los obstáculos, los sinsabores, las injusticias, los pesares y las tristezas forman parte de una gran agenda que desconocíamos y que alguien puso en nuestro camino para que poco a poco, lentamente perdiéramos las ganas de vivir...

Pero Vivir Vale la Pena... Si comprendemos que mucho de nuestro sufrimiento nos ayuda a ser mejores, que detrás de cada injusticia hay una enseñanza que a veces no podemos descubrir pero que al pasar los años nos ayuda a saltar aquellos muros que creímos moles enormes que se levantaban impidiéndonos el paso...

Sí, es cierto....sentimos muchas veces ganas de abandonar la carrera, fuertes deseos de bajar los brazos y entonar suavecito el tema del adiós...

Homera Homer- Dixon nos dice:

"Cierta persona estaba sorprendida por la variedad de aflicciones de las cuales ella parecía ser el blanco. Al pasar por una viña una magnífica tarde otoñal, notó que ésta parecía estar sin podar y que las ramas estaban llenas de hojas, el terreno estaba enmarañado con hierba y maleza, y todo aquel lugar parecía completamente descuidado. Estaba reflexionando sobre esto cuando el divino Jardinero susurró un mensaje tan instructivo que ella sintió el deseo de transmitirlo a los demás: "Hija mía, ¿estás pensando acerca de las tribulaciones de tu vida? Contempla aquella viña y aprende de ella. El jardinero cesa de arreglarla, podarla, pasar el rastrillo o arrancar el fruto, solamente cuando no espera nada más de la viña durante aquella estación. Se la abandona porque ya ha pasado la época del fruto y todos los esfuerzos que en ella se invirtieran serían ahora infructuosos. El deseo de liberarse del sufrimiento es una verdadera inutilidad. ¿Quieres entonces que cese de podar tu vida? ¿Deseas que te deje sola? Y el corazón fortalecido gritó: "¡No!"

Todos en algún momento de nuestras vidas soportamos el peso del dolor, también las injusticias, "lo inmerecido", pero no pesemos la vida por lo que otros hicieron... ¿Cómo fuimos y cómo somos? ¿Cómo actuamos? ¿Qué damos? ¿Qué ofrecemos a los demás?

 Esa debe ser nuestra preocupación: Ser mejores cada día y a medida que avanzamos debemos aprender a dejar atrás tanto sea en el recuerdo como en el camino aquellas cosas, personas o situaciones que tanto nos dañaron y pedir porque la luz los envuelva y apostar a la vida, porque la vida vale por todo aquello que aprendimos a cargar en la mochila, lo bueno y lo malo pero que al sacarlo nuevamente lo hacemos mucho más bueno y transformamos lo malo gracias a nuestra experiencia.

Vale la pena... Abrir el corazón, la alma y los brazos a la vida aun con sus lágrimas porque serán la antesala de nuestras futuras sonrisas... No desperdiciemos nuestra vida... El tiempo pasa demasiado rápido... No te quedes parado en la estación, súbete al tren de la vida... Cuando asome la última estación comprenderás que vale la pena este viaje ...


Graciela De Filippis

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